Capítulo 3: Espacio/Tiempo
El sociólogo
y filósofo Zygmund Bauman en el tercer capítulo titulado “Espacio/tiempo” de su
libro ¨La Modernidad Liquida¨, publicada en el año 2000. Expone que el espacio y el
tiempo ha sido separado y ha perdido su esencia, olvidándonos del pasado y solo
viviendo el presente. Menciona que los estados-nación han perdido todo el poder
ya que unos están atados a su territorio, a las consecuencias políticas y sociales
de ese poder. Expone que las relaciones sociales que son dadas en un espacio público
cambian a medida que avanza el tiempo, se van produciendo nuevos patrones en el
entorno de un individuo y se trasforman la forma como este sujeto ve y
contempla el mundo. Para Bauman el tiempo es el medio, o la herramienta necesaria para la conquista del
espacio.
En primer
lugar, el autor al inicio de este capítulo por medio de una clara descripción
nos muestra la ciudad de arquitecto George Hazeldon, la cual llama Heritage Park, allí los ciudadanos están fuera de peligros y
amenazas de los territorios exteriores ya que tiene cercas eléctricas de alto
voltaje, vigilancia electrónica, muros y guardias. Explica que esta comunidad
seria parecida a la de su infancia ya que como dice Richard Sennett “una ciudad
es un asentamiento humano en el que los extraños tienen posibilidad de conocerse”
(p. 102) Esto quiere decir que antes todos se conocían y sabían lo que hacían,
entonces nadie se atrevería a hacer nada malo, porque todo el mundo se
enteraba, ellos mismos tenían su propia vigilancia. Ahora, el autor nos hace reflexionar
de que hoy en día, sentimos la necesidad de sentirnos tranquilos y seguros, de proteger
todas esas pertenencias que poseemos. Es por esto que es invertido cada año un
dinero público con el objetivo de darle al
ciudadano tranquilidad. La diferencia
entre el pasado gustosamente recordado y su réplica actualizada es que aquello
que la comunidad de la infancia de Hazeldon lograba usando sus ojos, lenguas y
manos, de manera práctica y sin pensarlo demasiado, en Heritage Park está a
cargo de las cámaras de TV ocultas y de docenas de guardias armados que controlan
los accesos de seguridad y patrullan las calles discreta u ostentosamente”
(pág.100).
La privatización
de los espacios causa un miedo social en las personas, y cada vez más sentimos
una desconfianza hacia el otro, perdemos el sentido de las relaciones sociales
ya que vemos al sujeto como un extraño que puede afectar con nuestra seguridad
y tranquilidad. Sin embargo, la civilización de hoy en día está regida por normas colectivas, que en tiempos de la “modernidad
líquida” han sido expulsadas por las libertades individuales.
Seguido a
esto, para entender mejor el concepto de espacio, Bauman hace una clasificación
de estos, teniendo en cuenta que estos hacen parte de la convivencia humana y
permiten mejorar las relaciones sociales. Expone los lugares émicos y fágicos
los cuales los toma de Claude Lévi-Strauss que los usa como nombres de dos
estrategias la antropoémica y la antropofágica. Los no-lugares y los espacios vacíos.
Los lugares emicos son aquellos que aleja al otro y se ven sometidos a la
exclusión, que no son reconocidos y se ven como algo extraño. Los Fàgicos son lugares que transforman a los sujetos y sus espíritus idénticos, con las
mismas aspiraciones. Los no-lugares son espacios que no hay pertenencia,
cerrados en sí mismos, son lugares que contienen expresiones simbólicas de
identidad y están destinados solo a ser rodeados, además posibilitan un espacio
para el desplazamiento y la orientación. Finalmente, los espacios vacíos,
invisibles, se caracterizan por estar vacíos de sentido, no son visibles porque
no nos atrevemos a conocerlos porque nos sentiríamos perdidos, son lugares que
no pasan por la mente de los ciudadanos a pesar de moverse por ellos.
Según Zukin en la modernidad
nadie sabe hablar con nadie y como no sabemos convivir con las personas tenemos
que evitarlos es por eso que nos ocultamos en “núcleos seguros” en los que
todos son iguales y no hay posibilidad de confrontación, como los espacios de
consumo (Fágicos) en donde cada uno se puede mover
libremente, seguir siendo un desconocido para los demás, pero teniendo la
seguridad que el otro quiere lo mismo que uno, su seguridad.
Bauman, nos hace ver que ahora en la modernidad vivimos de un “tiempo
liquido” en donde existe solo el tiempo y el espacio en velocidad, donde se ha
perdido las relaciones sociales ya que se ha desvanecido lo geográfico. Vivimos
en un mundo rodeado con avances tecnológicos, por esto el tiempo deja de estar
a la par de nuestros sentidos y se ha trasformado en la medida que ahora todo
lo tenemos a la mano, permitiendo acortar distancias. El tiempo en la modernidad
avanza cada vez más rápido, viviendo la “instantaneidad”, olvidándonos de
nuestro pasado, trasformando cada vez más culturas y costumbres, con el fin de
encajar con lo que la sociedad nos impone. Ahora, gracias al internet y demás creaciones
tecnológicas el espacio se está deteriorando con respecto al tiempo, hacen de
nuestra vida más rutinaria y fácil, no solo en el ámbito de comunicación.
Ahora, las personas objetos que era muy difícil conseguirlas antes, hoy las
tenemos con solo un “click”. Cada vez más las cosas nos vuelven seres
totalmente inconscientes del espacio que habitamos y del tiempo en que
vivimos.
A modo de conclusión, puedo decir que hoy en día nosotros los seres humanos
somos dominados por individuos que mueven y actúan rápido, que están inmersos a
ese mundo de la instantaneidad y rapidez. Bauman en este capítulo, nos hace ver
como estos conceptos han perdido importancia y han cambiado en la modernidad,
debido al sistema capitalista que tenemos y a que la manera en la que vivimos él
ahora es “líquida”. Nos queremos sentir libres y seguros en el espacio en el
que vivimos, sin embargo, vemos al otro como extraño. El tiempo es veloz y momentáneo,
se tiene siempre la incertidumbre que algo pase pero que sea solo pasajero, olvidándose
del pasado y teniéndole al futuro.
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